ESCRITURA MUSICAL.
Sensibilidad, talento, técnica. Las lecciones de piano; aprendizaje, debut, reconocimiento. Conciertos y tertulias. Martha, Bruno y Daniel; tres niños y una misma vocación. Sus familias; las madres dedicadas. El apoyo de sus padres; las decisiones tomadas. Anécdotas y testimonios. Un retrato del comienzo de estos tres niños. Y una evocación con nostalgia, con pena por el recuerdo de lo ahora ausente; la Buenos Aires de entonces, su vida musical. Un tiempo distinto de la sociedad porteña. Era otro espacio cultural, el de la sala Breyer-en la calle Maipú-; el salón de Rosenthal; el Mozarteum Argentino. El debut de Martha en el ´49; el de Daniel, en el ´50. Bruno después, una tarde en el Círculo Militar. Las ceremonias de consagración. Fueron tres revelaciones. Sus profesores; Ernestina Corma; las aulas de Vicente Scaramuzza -su personalidad-. La enseñanza de la música; la importancia de los ensayos. La educación formal y las clases privadas. La pauta musical; la altura de las notas, el compás, los silencios, la clave, la armadura, el tempo, el carácter, la melodía. Todo ello conduce al efecto deseado en este libro; una composición afinada que nos transporta amablemente a ese pasado, mediante un exquisito estilo, en el decir, por momentos delicioso, siempre delicado y elegante. La sensibilidad artística que se manifiesta en cada descripción ofrecida por Cecilia Scalisi, nos invita a ejercitar otras miradas sobre aquel tiempo, no tan lejano, y así recuperar ambientes, imágenes, sonidos y perfumes de ese pasado, en parte, desaparecido detrás de una lenta transformación evaporante. Pero, todo tiene un sentido y un por qué; tal vez la respuesta se encuentre dentro de algún aparato pensado y finalmente utilizado para deshidratar las frutas, las legumbres… y también la cultura. Ese tiempo añorado, que acabó vencido, no fue antes un presente por casualidad. No podrían entenderse estas leyendas, aislándolas de la realidad social, separándolas de un pueblo también protagonista; porque no hubo dioses ni milagros, mucho menos personajes que pudieran moverse como fantoches frente a un público incapaz de percibir los hilos con los que se los podría haber puesto sobre un escenario, haciéndoles mover las manos, con destreza, sobre algún piano. Ellos, más allá de sus excepcionales dotes para la música, fueron hijos de un estado de bienestar que procuraba promover el desarrollo de las capacidades. Decir que fueron tres niños que descubrieron sus talentos al amparo de un estado de bienestar, no les quita mérito bajo ningún punto de vista. Y, entonces, vale reconocer que ese estado de bienestar sirvió de contexto propicio. Resta explicar, con claridad, las verdaderas razones por las que, en los años ´70, lo esencial fue empujado al vació. Sigue el debate, y el péndulo se mueve entre piano, piano y pianoforte.
Titulo: Martha Argerich, Daniel Barenboim, Bruno Gelber. En la edad de las promesas. La infancia de tres prodigios en los años de oro de la Buenos Aires musical
Autor: Cecilia Scalisi
Editorial: Sudamericana
256 páginas