Con motivo del Filba 2015, visita nuestro país la escritora Sissel-Jo Gazan, autora de Las alas del dinosaurio, que acaba de ser publicada por Alfaguara en Argentina. La novela ha sido distinguida con el premio a la Mejor Novela Negra Danesa de la década (2000-2010). La narración cruza los claustros universitarios y el mundo de la ciencia con el policial de enigma y el thriller.

Anna está furiosa: con su madre, con su vida, con su tesina y, sobre todo, con el profesor que se la dirige, que lleva un año intratable. Cuando aparece asesinado, todo apunta a una venganza. ¿Es Anna la culpable? Søren, el policía que investiga el crimen, le concede el beneficio de la duda a cambio de que la joven le ayude a desentrañar las macabras circunstancias del caso y a desembrollar las intrigas de los círculos científicos, un mundo en el que todos están dispuestos a todo a cambio de prestigio y poder. ¿Puede alguien perder la vida por algo que ocurrió hace millones de años? Una novela sobre la naturaleza humana y los secretos que enturbian nuestras vidas.

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Con este libro ganaste un montón de premios relacionados con la novela negra. ¿Desde su génesis fuiste consciente de estar sumergiéndote en este género en particular?

En mis épocas de estudiante de biología, pasaba mucho tiempo inmersa en temas científicos y, para relajarme, lo mejor eran este tipo de ficciones por su vértigo narrativo. Por lo que fue una decisión consciente tratar de empezar con este género, pero no sabía si iba a ser aceptado, si iba a tener buena recepción por parte del público, más que nada por la manera en que lo había escrito, por el cruce con mis otros intereses.

Por supuesto, el hecho de haber ganado estos premios y que se me considere una novelista de ficción policial, un best seller y que, incluso se empiece a decir que las otras “reinas” del género ahora tenían competencia, fue una sorpresa tremenda.

Me parece que lo que yo hago es un tipo diferente de género policial, que tiene su lugar junto con el policial “real”, si se quiere. Hubo algunas voces negativas, no fueron muchas, sólo algunas, que han dicho que lo que yo escribo no es policial, porque es muy personal, porque no sigue una serie de reglas. Pero son muchos más los lectores que entendieron mi narrativa como solidaria con las reglas del género. Muchos han entendido mi ficción como una expansión del género, como un enriquecimiento. Tampoco estuve demasiado pendiente de esas reglas, simplemente empecé a escribir.

Me interesa de Las Alas del Dinosaurio el cruce con la ciencia y la metáfora espejada con las relaciones humanas, como los lazos parentales de los protagonistas por ejemplo…

En cierta forma me dí cuenta que creé un género, por lo menos en mi país. Porque, si bien soy consciente de que ya hay otras personas que combinaron la ficción policial con la ciencia, en Dinamarca sería yo la única que lo está haciendo. Con el éxito de Las alas del dinosaurio, me di cuenta que al público le interesa leer este tipo de cosas, lo cual fue una sorpresa porque mostraron interés por cuestiones científicas muy complejas, muy elevadas. También me dí cuenta que funciona muy bien combinar estas dos cosas y lo mucho que disfruto haciéndolo. No soy una persona a quien le interese hacer cualquier cosa sólo por conseguir más lectores.

Después de haber escrito esta novela, empecé a reflexionar sobre los símbolos que tenía. Por un lado está el tema  arqueológico: un grupo de científicos que quieren descubrir la verdad sobre un hecho. Verdad que descubrirán a partir del estudio de unos restos fósiles que encuentran y desentierran. Por otro lado están los secretos familiares,  también “enterrados”, si se quiere. Y les corresponde a los miembros de la familia desenterrarlos para hallar la verdad. Lo interesante es que no es suficiente con averiguar la verdad, también hay que interpretarla. Ahí empiezan los conflictos tanto para los científicos como para los miembros de la familia. El núcleo dramático gira en torno a la interpretación de esos secretos que salieron a la luz. Este paralelismo entre la historia central y la interioridad de los personajes fue inconsciente y me di cuenta de él en reflexiones posteriores.

Para el segundo libro quería profundizar estas reflexiones antes de mandarlo a imprenta. Fue un trabajo para el que necesité alejarme un poco de mi propia obra y verla desde la distancia.

La narración se centra en el tema de las vacunas. Las mismas son sustancias-parte de la enfermedad, que se inyectan en el cuerpo con la finalidad de volverlo más fuerte, para hacerlo sobrevivir a ese mismo mal inoculado. Entendí que, una vez más, la idea de ingerir algo negativo para que nos haga más fuertes era extrapolable. Podía traspasarla a los secretos familiares: uno tiene que descubrir los secretos y sacarlos a la luz. Al enfrentarse a esas verdades, se vuelve más fuerte. Es el único modo de vivir una vida plena. De modo que no sólo profundicé en el género, sino que también en la estructura planteada en Las alas del dinosaurio y, como ya dije, esta reflexión quería hacerla antes de dar por cerrada la escritura del libro. Para hacerla más clara al lector y asegurarme que él mismo pudiera interpretarla así.

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Los géneros populares, entre ellos la novela negra o de crimen, son buenos conductores de ansiedades y reflexiones políticas y sociales…

Soy una persona muy activa políticamente. Si bien nunca podría dedicarme a la política, porque terminaría muy enojada o llorando frustrada. Sí, soy muy activa en cuanto a mis creencias políticas y éticas. Soy de convicciones firmes y me parece que, escribir este tipo de ficciones, es una muy buena manera de dar proyección a mi costado político. Lo que ocurre en Las Alas del Dinosaurio, por ejemplo, es que el gobierno deja de darle subsidios a la universidad para que puedan continuar sus investigaciones. Lo que ocurría en el pasado era que un grupo de investigadores podía investigar cualquier tema por curiosidad o porque tenía el tiempo para hacerlo. Así fue como se llegó a descubrimientos como la penicilina o los rayos X. Pero hoy por hoy, todo pasa a través del dinero, por obtener resultados y cumplir metas. Hoy evaluamos nuestros logros, en tanto y en cuanto estos descubrimientos y hallazgos puedan beneficiar a Dinamarca y su posición ante el resto del mundo. Todo se trata de una cuestión promocional o monetaria.

Incorporar personajes en la novela que puedan expresar mis propias opiniones sobre lo que está pasando, es una manera de dar voz a mi lado progresista, sin necesidad de hacerlo público en facebook, evitando tener que aguantar agresiones o insultos. De esta forma puedo enmarcar mi pensamiento político en una ficción y, de todos modos, darlo a conocer. Considero que, cuando uno es fiel a sí mismo y escribe realmente desde el corazón, los valores y creencias que uno defiende salen a la luz.

La estructura de Las alas del dinosaurio, ¿surge como un intento de reflexión o desestructuración del mundo académico y científico?

Empecé a escribir la novela, en realidad, para describir la situación compleja en que me encontraba en ese momento. Era madre soltera, tenía que finalizar mi tesis para poder posicionarme más firmemente en la sociedad. Si bien ya había escrito tres novelas anteriores, mi carrera como escritora no terminaba de tomar forma. Las alas del dinosaurio fue mi manera  de pegarle una cachetada a la sociedad en la que había crecido. Creo que también es esta una de las razones por las que me gusta el género policial, ya que muchos otros autores hacen lo mismo en sus ficciones dentro de este género.

Recién cuando describías el mundo académico y el mundo científico, hablabas de cómo se estructura, puntualizando en los resultados económicos. Y en una pregunta anterior utilizaste una metáfora de las vacunas. Teniendo formación científica y dedicándote a la narrativa negra ¿se te ocurrió reflexionar o abordar el tema de la salud como negocio, como mercado? ¿Puede considerarse la salubridad como una de las trampas del sistema?

Sí,  mi libro, La Golondrina Negra, el que sigue a Las Alas del dinosaurio, está muy influenciado por todo el escándalo de la gripe aviar. La Organización Mundial de la Salud salió a declarar que era una epidemia, entonces todos los países empezaron a comprar grandes cantidades de la vacuna. Para la industria médica fue un boom financiero. Terminó utilizándose un pequeño porcentaje efectivo de las vacunas y se demostró que todas aquellas personas que estaban metiendo presión a la Organización Mundial de la Salud para que declarara la gripe aviar como epidemia, tenían conexiones con la industria médica y farmacéutica. Quedó claro que todo el sistema estaba muy corrupto. Hubo un periodista que investigó y denunció estos sucesos, pero al cabo de unos meses se había olvidado todo por completo.

El tercer libro de esta serie va a tener una relación más directa con la industria médica en sí. Con el impacto que tiene en un individuo, en una historia personal. Es un tema que me interesa mucho.

Considero que el dinero lo gobierna todo. Mis padres estuvieron muy activos en la década del 70 para que el mundo comprendiera que, si le dábamos el poder al capitalismo, estaríamos todos perdidos. Ahora mi madre me dice que es exactamente lo que ha sucedido. Todas las cosas contra las que ellos pelearon, finalmente están ocurriendo.

Esta es mi manera de empezar a acercarme a estos temas. Uno piensa que los dinosaurios están muy alejados de esto. Ya con el segundo libro, las vacunas y África, estoy más cerca, si bien África sigue siendo un lugar bastante lejano. El tema de las vacunas es algo a lo que recurrimos todos. Todos vacunamos a nuestros hijos. El problema que ocurre en África es que mandamos dinero pero  no nos involucramos desde el corazón. Para el tercer libro tengo pensado tomar posición con respecto a la industria farmacéutica. La historia involucraría lo que nosotros llamamos “las pastillas de la felicidad”, que son los antidepresivos, y el rol que cumple la industria médica en todo eso.

Estás presentando esta saga en diferentes países. ¿Notaste alguna diferencia sustancial en la manera de encarar el género negro o la literatura criminal en las diferentes latitudes que estuviste recorriendo?

La prensa de Dinamarca es en sí espantosa. No tiene la capacidad para enfocarse en el tema de la novela, sino que se centra más en la vida personal del autor. Yo odio eso, las preguntas personales. En el caso de La Golondrina Negra, es seguro que el grupo de investigación danés del que trata la novela, termine ganando un Premio Nobel. Porque si bien hoy en día están peleando mucho con su tema, en cincuenta años será uno de los grandes avances, una de las grandes noticias científicas, sin ninguna duda. Pero de los periodistas daneses, uno sólo está interesado en lo que este grupo está investigando. Aquí es totalmente diferente, por lo que estoy gratamente sorprendida, me parece que se le da un enfoque muy serio, por lo menos por las tres entrevistas que ya tuve. Es muy diferente, porque allá no se reflexiona sobre el tema, sino que sólo se busca el entretenimiento. Lo he hablado con otros escritores y piensan lo mismo. Hasta ahora nadie me preguntó si la novela se trata de mí, si la protagonista soy yo, si también tuve cáncer o mi madre depresión post parto. Me parece que lo encaran con mucha seriedad.

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Sissel-Jo Gazan nació en Dinamarca en 1973, pero vive en Berlín. Realizó su debut en 1995 con Når man kysser i august / Besos en agosto, al que siguieron dos novelas y, en 2005, el best seller a base de entrevistas Sig ja – Hvad præster ved om kærlighed / Sí, quiero: qué saben los clérigos sobre el amor. Colabora en la revista semanal Femina. Las alas del dinosaurio, cuyos derechos ya han sido vendidos a once países, es la primera de una serie de novelas policíacas protagonizada por Anna Bella Nor. Tras obtener el prestigioso DR’s Literary Prize 2008/2009, ha sido nominada al Weekend-Avisen’s Literary Prize y ya está en proceso la adaptación cinematográfica. La radiotelevisión estatal danesa le concedió el premio a la Mejor Novela Negra Danesa de la Década (2000-2010).

Sobre El Autor

Damián Blas Vives es actualmente es Director de Gestión y Políticas Culturales de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Entre 2016 y 2020 coordinó el Centro de Narrativa Policial H. Bustos Domecq de dicha institución y antes fue Coordinador del Programa de Literatura y editor de la revista literaria Abanico. Dirigió durante una década el taller de Literatura japonesa de la Biblioteca Nacional, que ahora continúa de manera privada. En 2006 fundó Seda, revista de estudios asiáticos y en 2007 Evaristo Cultural. Coordina el Encuentro Internacional de Literatura Fantástica y Rastros, el Observatorio Hispanoamericano de Literatura Negra y Criminal. Ideó e impulsó el Encuentro Nacional de Escritura en Cárcel, co-coordinándolo en sus dos primeros años, 2014 y 2015. Fue miembro fundador del Club Argentino de Kamishibai. Incursionó en radio, dramaturgia y colaboró en publicaciones tales como Complejidad, Tokonoma, Lea y LeMonde diplomatique. En 2015 funda el sello Evaristo Editorial y es uno de sus editores.

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