Daniel Ephraim se desarrolla como músico desde hace más de diez años, en esta oportunidad visitamos su primera muestra individual «Naturaliuz» donde aflora KOKON, el trabajo introspectivo de un joven autodidacta que se expresa dentro de una técnica que tiene aún mucho recorrido por delante. Su muestra se inauguró en Casa-Taller Mazone, un espacio extracotidiano en el circuito de las artes plásticas que se caracteriza por una energía de armonía y familiaridad, el marco ideal para entrar en contacto con lo que llevamos dentro y dejarlo florecer en la catarsis que hacemos los espectadores ante una manifestación artística o ante la contención e integración que puede desear un artista para iniciar un nuevo recorrido en su camino como creador.
¿Qué es Naturaliuz?
Naturaliuz es el concepto fundador de la muestra y de todas estas obras. Me gusta desarrollar el concepto de aflorar y acá es donde aparezco yo como artista metiendome en la escena por primera vez, de forma más concreta, más profesional. Desde la inauguración hasta el enmarcado, que tiene una técnica, hasta el formato. También tiene mucho que ver con la obra en sí. Abordo la producción de la obra sin preconceptos, quiero decir que la obra surge realmente de la espontaneidad del momento. Se va dando, va fluyendo. Hay un aspecto simétrico en muchas obras, que me interesa, lo empecé a sentir y respetar.
Recién decías que todas comparten una misma técnica, al mismo tiempo me decís que surgen de un acto espontáneo, ¿Cómo se encuentran esos dos aspectos?
La técnica la empecé a desarrollar el año pasado, haciendo dibujos más pequeños, bocetos en formatos más chicos, que también me permití exponer. Ahí usaba una microfibra, una punta bien finita. Empecé a desarrollar una serie de mandalas y una serie de animales: mariposa, picaflor, etcétera. De repente me di cuenta que quizás un formato de mayor tamaño me podía llegar a interesar y empecé a probar, tuve un primer cuadro, que está incluído acá y recibí comentarios positivos de la gente que me rodea. Yo soy artista musical hace muchos años y de repente me encuentro con que todos los días invierto horas en el dibujo, de hobbie, porque me sale solo y porque no pasa un día que no lo haga y paso batantes horas, de repente estuve toda la noche dibujando, no me di cuenta… Así que empecé a darle forma a esta especie de marca que soy yo como artista plástico, que es KOKON, como un pseudónimo, firmo las obras como KOKON.
¿Cómo nace KOKON?
KOKON viene de una frase que connota optimismo, en inglés, que es «Keep On Keeping On», lo escuché en una canción de Bob Dylan, es un mensaje que me gusta transmitir, no sé hasta qué punto tiene que ver con la obra en sí, pero me interesa separar un poco mi persona, que además hago la parte musical, de la parte plástica.
¿Qué significado tiene para vos reproducir mandalas? Porque inclusive en la serie de figuras hay mandalas dentro.
Hay una sensación del fluir de la conciencia, es lo más genuino que nace de mi cuando estoy frente a una hoja en blanco, de nuevo caigo en la anti-preconcepción de la obra y todo baja al plano detalle que se acostumbra a ver en los mandalas. Utilizo esto para darle vida a cualquier otra forma figurativa, me encuentro dibujando animales, calaveras, mariposas, que sí, dan una sensación «mandálica». En algún momento me quise abrir del mandala, me di cuenta de que quería abrir el juego sin dejar la característica que tiene esta obra en particular, este momento, que es el detalle y la textura que hace a todas las obras.
¿Cómo llegaste a este espacio para poder generar tu muestra?
La verdad me puse a buscar, no lo conocía. Es un espacio que está buenísimo, muy amigable, muy receptivo. Me llegó el dato de que había un espacio en esta zona que era la zona en la cual yo quería hacer esta primera incursión abriendo al público lo que hago yo y ellos abrían su espacio al que quisiera hacer una muestra de fin de año, hacer una exposición. Aquí se dan talleres y se logró hacer un evento, con una inauguración-vernisage acompañada de un número musical, una bebida, algo para comer, lo que lo hizo una noche, en lo personal, muy importante; aflorando como artista plástico. El balance es totalmente positivo, se vendieron varias obras y más allá de eso queda registrado un puntapié inicial y ya pensando en una siguiente serie.
¿Qué te gustaría desarrollar en esta siguiente serie?
Lo que tengo muy claro es que me gustaría repetir esta experiencia, incluso compartiendo espacio con otros artistas. Estoy muy rodeado de artistas plásticos, queridos y muy amigos, como Alico Roviralta – «Arte Alico», Guido Palmadessa, Mabel Vicente, Michel Fassi, entre otros tantos, amigos que se dedican a la pintura, el dibujo y la creatividad en el hermoso mundo del arte plástica. Concretamente respondiendo para dónde voy, a desarrollar una técnica más específica, la técnica la quiero desarrollar un poco más. Cada dibujo hace que me encuentre descubriendo nuevas formas, nuevas texturas, diferentes trazos y distintos enfoques de la simetría. Ya estoy pensando en arrancar una serie más concreta, incluso homogeneizando más las obras. Una serie de cuadros que sigan una línea aún más clara. Quizás no tan grande, acá hay veintidós, ventitrés cuadros, quizás hacer una serie más chica, me imagino unas diez obras; y compartiendo un espacio y convocando más personas a compartir un momento, la exposición, la muestra, la inauguración. Los días de muestra son momentos realmente mágicos e intensos para el artista, desde la preparación, la puesta, el enmarcado y todo el momento da mucha satisfacción, ideal para compartir y así incluso potenciar esfuerzos.
¿Cuál es tu formación? ¿Tenés formación específica en artes visuales o música?
La formación fue dibujar al margen de las hojas toda la vida. Totalmente autodidacta en la música y en artes plásticas. Tengo mi proyecto musical hace ya diez años, siempre forjando un camino de evolución, y creo que en los dos formatos de arte en los que incursiono, fue y es la misma experiencia que me fue formando, canción a canción y cuadro a cuadro.
¿Vos también te desempeñás como diseñador gráfico?
Me doy maña pasando todas las obras, cada dibujo, cada línea a vectores. Me parece que es algo para aprovechar. Estuve haciendo varias notas en radio por la muestra y me encontré con la pregunta de qué pasa con la tecnología y el arte y yo casualmente me encuentro aprovechándola un montón, digitalizando cada dibujo, cada diseño, para sacar reproducciones en calcomanía, para poder hacer infinidad de trabajos que escapan al cuadro físico y para mí son formatos complementarios.
¿Cuáles son tus referentes? Empezando por Bob Dylan que inspira tu seudónimo…
Exactamente, es una canción muy linda que se llama Tangled Up In Blue, me tocó verlo hace unos años en vivo, acá en el Gran Rex y cuando le tocó el momento a ese tema fue muy especial y como te digo, especialmente la parte que connota a esa frase, «Keep On Keeping On»…Un optimismo casi ciego, una fe que no se agarra de nada más que de si misma. Corre porque sólo mira para adelante y eso resume lo que fueron estos años de aprender, a puro prueba y error, hasta lograr esta serie y materializarla en esta muestra.
¿Leés habitualmente?
Leo un montón
¿Qué te gusta leer? ¿Qué estás leyendo ahora?
De novelas tengo muy leído a García Márquez y en este momento me agarrás leyendo dos libros que tienen mucho más que ver con lo espiritual, dos libros que van por el mismo lado. Uno es El libro tibetano de la vida y la muerte, de Sogyal Rimpoché, que habla de lo que significa la muerte para la folisofía hinduista y otro libro, que va por el mismo enfoque espiritual que se llama El Zen en el arte del tiro con arco, son lecturas que me parece que están buenísimas, sobre todo después de una jornada, después de trabajar todo el día me gusta leer esas cosas.
Las obras de KOKON se pueden ver en http://facebook.com/kokonoficial.